Alberto Patishtan y su nieta
Un día después de que le
ratificaran condena de 60 años, insiste en que no solicitará indulto
Ellos deberían pedir perdón por lo que me han
hecho: Patishtán
Tal vez negaron mi libertad
porque no soy güero, dijo el maestro, acusado de asesinato de policías
Elio
Henríquez
Corresponsal
Periódico
La Jornada
Sábado 14 de septiembre de 2013, p. 33
Sábado 14 de septiembre de 2013, p. 33
San
Cristóbal de Las Casas, Chis., 13 de septiembre.
Un día
después de que el Poder Judicial de la Federación le ratificara una sentencia
de 60 años de cárcel, el maestro tzotzil Alberto Patishtán Gómez reiteró que no
solicitará el indulto presidencial para ser liberado, porque es inocente.
Siempre
he dicho que no voy a recurrir al indulto porque, ¿de qué voy a pedir perdón?;
al contrario, ellos deberían pedirme perdón por lo que han hecho conmigo; sólo
espero que se haga justicia y nada más, declaró en conferencia de prensa
realizada en el penal de esta ciudad.
–Si le
ofrecieran el indulto, ¿lo aceptaría aunque no lo pidiera?
–Repito:
sólo quiero que me liberen porque soy inocente; sólo pido que me liberen y
punto.
Sostuvo
que los magistrados del primer tribunal colegiado del vigésimo circuito, con
sede en Tuxtla Gutiérrez, le negaron la liberación tal vez por el color, porque
soy indígena; a lo mejor porque no soy extranjero ni güero para hablar otras
lenguas, o porque no tengo el poder económico para hacer otras cosas.
Señaló
que recurrirá a tribunales internacionales para lograr su liberación.
Tristemente podría decir que debemos salir de México para buscar justicia, lo
que no debería ser. Tenemos que ir a Amnistía Internacional.
He dicho
mi verdad, la cual no puede ser infundada
Acompañado
por su hija Grabriela Patishtán Ruiz y su nieta Génesis, de apenas tres meses,
indicó: como sabrán, ayer todos estábamos esperanzados de que las autoridades
demostraran un poco de justicia, pero no fue así sino todo lo contrario,
aseveró.
Los
magistrados dicen que está infundado (el incidente de reconocimiento de
inocencia), y yo afirmo que he dicho mi verdad, la cual no puede ser infundada,
está fundada en base a la palabra de Dios; no estoy mintiendo, manifestó el
maestro originario del municipio de El Bosque, situado en el norte de Chiapas.
Las
autoridades no ven como yo lo veo; si les prestara mis ojos creo que serían las
cosas diferentes; si les prestara la conciencia que tengo, las cosas serían
diferentes, expresó, al tiempo de subrayar: “no me voy a quedar callado,
seguiré luchando y la verdad tiene que saberse algún día. Estoy tranquilo, un
poco indignado por lo que pasó, pero aquí estoy echándole ganas para buscar la
libertad.
Tengo la
conciencia limpia, y eso me da tranquilidad, ánimo y fuerzas para seguir
viviendo; no importa dónde esté, lo importante es que estemos vivos, aseguró.
Cuando se
le preguntó qué piensa de los magistrados que le negaron su liberación,
respondió: yo sólo voy a orar por ellos, porque los delincuentes no somos
nosotros. No le guardo rencor a ningún magistrado, si lo hacen es porque no
tienen conciencia. Ojala un día les toque sus corazones y vean las cosas como
las quiero ver, con un México diferente, donde estemos todos en paz.
En tanto,
el gobernador de Chiapas, Manuel Velasco Coello, afirmó que es injusto que el
primer tribunal colegiado del vigésimo circuito haya negado la liberación a
Patishtán Gómez, y dijo que ahora debe proceder el indulto.
Patishtán
lleva 13 años preso, acusado de homicidio calificado y lesiones, daños en
propiedad ajena y portación de armas de fuego prohibidas, por su presunta
participación en una emboscada ocurrida en 2000 en El Bosque. En aquella
agresión, murieron seis policías estatales y uno municipal.
Los de Abajo
Golpes a la democracia
Gloria Muñoz Ramírez
Sin un
espacio para el respiro, el autoritarismo del gobierno federal encabezado por
Enrique Peña Nieto le asestó dos golpes a la ya violentada vida democrática de este
país: la negación de la libertad al profesor tzotzil Alberto Patishtán, y el
desalojo, violencia y desconocimiento de las justas demandas del magisterio
democrático.
Los dos
sucesos no pueden leerse aislados, pues vienen de la misma mano, es decir, de
un gobierno impuesto que está decidido a no dejar espacio a la movilización
ciudadana, a la protesta, a la oposición, a la denuncia de quienes defienden lo
que queda de este país.
Este
viernes, a las 5 de la tarde, el Zócalo capitalino representó la imagen del
abandono de la política y el desmantelamiento de la nación. Cual postal de
campo de batalla, con la bandera a media asta (en paradójica alusión a los
Niños Héroes), este 13 de septiembre colmaron la plancha principal del centro
de la ciudad de México decenas de zapatos sin su par, braseros aún humeantes
con la cazuela de la sopa arrojada, fruta pisoteada, cobijas, trastes, mantas,
carteles, cepillos de dientes que dan fe de la vida del plantón instalado el
pasado 19 de agosto por maestros y maestras que defienden no sólo sus derechos
laborales, sino la soberanía nacional. Aquí la lucha es por un proyecto de
nación.
Apenas un
día antes, los pueblos indios recibieron la noticia de que el primer tribunal
colegiado de circuito con sede en Tuxtla Gutiérrez, negó el recurso de
reconocimiento de inocencia al profesor Patishtán, hombre inocente de todo
cargo que ya bastante ha sido lastimado con 13 años de injusta prisión. El
Estado mexicano decidió, no obstante las pruebas que demuestran las
irregularidades de un proceso plagado de injusticias, que el indígena tzotzil
debe permanecer tras las rejas otros 47 años. Ni más ni menos.
Ánimo y
gracias por creer en mi inocencia y luchar por mi libertad, expresó Patishtán
apenas unos días antes de conocerse el fallo. Y esa fue la consigna este
viernes por la noche cuando, lejos de rendirse y dejar caer la toalla, la gente
que lucha por la justicia volvió a tomar aire y decidió redoblar esfuerzos para
lograr su libertad.
Unas
horas después del desalojo, el Zócalo capitalino lució limpio. Miles de
foquitos tricolores se encendieron como preámbulo de la próxima fiesta patria
con desfile militar incluido. Mucha gente, es verdad, volvió a caminar las
calles como si nada. Pero mucha otra, también es cierto, se concentró de nuevo.
El Comité por Patishtán en el Ángel de la Independencia, y los maestros en el
Monumento a la Revolución. Aún no está dicha la última palabra.
No hay comentarios:
Publicar un comentario